En lugar de seguir una estructura rígida, la danza contemporánea explora una variedad de estilos y formas, incorporando elementos de otras disciplinas como el jazz, el teatro, la danza moderna y la improvisación. Sus objetivos principales son la exploración de nuevas formas de movimiento, la expresión personal y emocional, así como la conexión entre el cuerpo y el espacio. La danza contemporánea fomenta la creatividad y la individualidad de los bailarines, buscando transmitir ideas, sentimientos o comentarios sobre la sociedad a través del movimiento. Además, suele hacer uso de una amplia variedad de música, desde lo clásico hasta lo experimental, brindando un enfoque inclusivo y vanguardista al arte de la danza.